jueves, noviembre 18, 2010

NOTICIA 857ª DESDE EL BAR: YA NO QUEDAN ZOMBIS VUDÚS GUERRILLEROS (y 3)

Corto Maltés aún anduvo por la selva Amazónica más veces, sobre todo entre 1916 y 1917, tras su encuentro con Tiro-Fijo. En concreto, por Brasil, regresó muchas veces a Salvador de Bahía y a la isla de Itapóa porque se encontraba cómodo y, además, se reencontraba allí con varias amistades y aliados preciados en sus aventuras; una de esas amistades, Boca Dorada. Esos lugares, junto a Hong Kong, eran los lugares donde Corto solía ir a descansar cuando debía recuperarse de heridas, descansar u ocultarse. Pero los años de 1916 y 1917 fueron años donde la actividad por Latinoamérica llenaron sus días. Un año después de su colaboración con los cangaçeiros jagunços de Tiro-Fijo, en 1917, uno de sus viajes le llevaron hacia las Antillas Menores, a Saint-Kitts. Allí tendría problemas con una población dominada por un presidente que practicaba el vudú. Pero en la travesía de ida le confesaría a su amigo más intelectual, pero también alcohólico, el profesor checo Steiner, que los zombis (muertos vivientes) sólo eran supersticiones indígenas, como Hugo Pratt retrató en "Vudú por el Presidente" (de la novela gráfica "Siempre un Poco Más Lejos", hoy día "La Lejana Isla del Viento"). Esta claro que por esas fechas Corto Maltés (Corto Maltese) aún no creía en el misticismo tanto como algunas sustancias curativas de milinerias culturas, y delirios al borde de la muerte por heridas graves, le hicieron creer en años posteriores. Su trato con Boca Dorada y con los jagunços le habían sorprendido, pero no le habían hecho creer en la existencia de resucitados.

Hugo Pratt no nos contó si Corto Maltés volvió a ver a Tiro-Fijo, aunque se puede intuir que quizá murió joven en aquellas luchas brasileñas. Al menos no parece que hubiera un reencuentro en los años sucesivos hasta 1925, cuando Corto buscaba la isla de Mu, ya que tuvo numerosas aventuras en uno y otro lado del planeta. En 1928 sabemos que estuvo en África, en Etiopía, por una acuarela que hizo de él Pratt. El militar Cush, un amigo suyo en África, narró durante la II Guerra Mundial, en 1941, que había visto a Corto Maltés por última vez en 1936 en la guerra civil española, como brigada internacional ("Los Escorpiones del Desierto"). Juan Antonio de Blas, en la introducción a "La Juventud", añadiría el dato de que García Oliver, el anarcosindicalista español de la II República y la Guerra Civil, mencionaría en su libro "El Eco de los Pasos" (1978) que Corto Maltés ayudó a exiliarse a anarquistas españoles de la dictadura de Franco recién nacida entre 1939 y los primeros años de 1940', del mismo modo que llevó armas de Canadá a Irlanda. No parece por tanto que tuviera tiempo para el reencuentro con aquellos luchadores brasileños que creeían en su resurreción carnal para continuar su lucha por la justicia social. Luego viene el silenco. Nada sabemos de Corto Máltés. Como si hubiera desaparecido, hasta que el 16 de Junio de 1965 R. Obregón Carrenza, primo segundo de Pandora Groovesnore, la niña que rescató Corto Maltés en el Océano Pacífico en 1913, escribió una carta desde Viña del Mar, en Chile, donde decía haberle dado a Pratt los documentos que pertenecieron a su tío, Caín Groveesnore, rescatado junto con Pandora por Corto y veterano de la I Guerra Mundial. En esa carta transcribió un fragmento donde se lee que Corto Maltés vivía con Pandora en su casa, junto a Tarao, un indio melanesio también de aquella aventura que comenzó en 1913, pero que andaba triste en el jardín, mirando a la nada, por la muerte reciente del propio Tarao. Corto debía ser ya anciano y era tratado por los Groveesnore como si fuera su tío abuelo. Quién sabe si en ese jardín no recordaría tiempos mejores. El texto aparece en "Balada del Mar Salado".

Hugo Pratt no andaba muy lejos del lugar donde se escribió aquella carta de 1965. Parece claro que el texto de la carta de Obregón Carranza hace referencia a la muerte de su tío Caín, por lo que se puede permitir mandarle a Pratt todos los documentos de este, pues está intentando escribir la vida de Corto Maltés. Pratt se había trasladado a Brasil en 1961 y aunque en 1962 regresó a Italia mantuvo viajes intermitentes y abundantes a América, sobre todo a ese Brasil para ver a sus hijas e hijos, de los cuales le nacieron dos más en 1964 y 1965 en Buenos Aires, Argentina. Son los años en los que hay en marcha una revolución social en los países sureños de América del Sur, mientras nadie sospecha que está a punto de triunfar un fatídico golpe de Estado en Brasil, al que le seguirían otros en Chile, Argentina y Uruguay.

Pero, ¿qué pasó con Tiro-Fijo? No lo sabemos, sólo intuímos un final fatídico, pero lleno de esperanza en un mañana mejor, en una vida luchando por la justicia. En la entrega anterior ya hablamos de por dónde desembocó la guerrilla de los jagunços y cangaçeiros. El golpe de Estado de 1937 se dio por miedo a que los comunistas se hicieran con el poder. Aunque Getulio Vargas poco a poco introdujo cuestiones tan importantes como el voto femenino o la primera legislación sindical de Brasil, su gobierno dejaba que desear en otros aspectos, sobre todo en el aspecto en el que en 1937 se hizo dictador, pese a que posteriormente tratase de democratizar el país, a su modo. No hay que olvidar que la revolución que lideró en 1930 que le llevó al poder por un golpe de Estado militar encarceló a casi todos los "coroneles" del Brasil, pero que mantuvo bajo su protección a los más útiles a su partido, el Partido Social Demócrata. Los "coroneles" no fueron eliminados del todo hasta 1945, año en el que Getulio Vargas fue destituido.

Fue precisamente tras 1945 que “los moradores” de las tierras ocupadas pasaron a formalizarse reconociéndoles como asalariados. El proceso duró diez años, hasta 1955. Quizá por eso el PSD de Getulio Vargas es reclamado actualmente en la génesis de todos los partidos políticos brasileños actuales. Aún con todo, la conflictividad social y revolucionaria prosiguió en Brasil reapareciendo de vez en cuando. En 1955 las Ligas Campesinas trataron de contrarrestar las expulsiones de campesinos de tierras que fueron entregadas a los grandes terratenientes. En 1962 la situación se deterioró cuando muchos colonos de tierras pasaron a ser peones y temporeros, y peor aún cuando se comenzó a cultivar plantaciones de alimentos y productos más pensados para el mercado internacional que para solucionar los problemas de hambre de Brasil, como el algodón. Eso provocó la creación de potentes sindicatos altamente reivindicativos. El panorama revolucionario de Brasil estaba en auge cuando fue interrumpido por un nuevo golpe de Estado militar, esta vez financiado por los servicios secretos norteamericanos, la CIA. Se habían producido numerosas ocupaciones de tierra ilegales en busca de algo con lo que vivir. La negativa de aceptar una compra por parte de los ocupantes había provocado numerosas matanzas. Eso había provocado que el Partido Comunista de Brasil creciera, pues los campesinos buscaba su protección y organización, desde la democracia. Pero surgió con todo ello una guerrilla y una contraguerrilla que fue lo que provocó la intervención citada de la CIA y los militares brasileños en 1964. Tras el triunfo golpista se ejecutó a los líderes del Partido Comunista de Brasil, sobre todo en los primeros años de 1970’, coincidiendo con otros golpes de Estado latinoamericanos que procedieron de igual forma (Chile, Argentina y Uruguay). Coincidiendo también con esos mismos países, fueron los propios militares los que iniciaron una transición a la democracia a finales de esa década de 1970’. En 1984 una movilización popular democratizó definitivamente Brasil.

El Estado brasileño actualmente es uno de los más pujantes de Latinoamérica y del mundo, pero se repite la situación de gente con vidas de extrema pobreza y gente con alto nivel de vida. El narcotráfico presenta señores al estilo de aquellos “coroneles”, aunque estos nuevos señores lo que controlan son las “favelas”, barrios creados artificialmente por chabolas de desposeídos que ocupan un pequeño espacio de tierra para poder vivir en torno a las grandes ciudades costeras. Los problemas ecológicos y las ocupaciones de tierra prosiguen, esta a vez a manos de: primero, las empresas multinacionales, unas interesados en farmacopeas de problemas de salud y belleza más propios de la cultura Occidental, otras interesadas en el cultivo de soja para la moda y gustos culinarios de Norteamérica y Europa de comienzos del siglo XXI; y segundo, de los terratenientes brasileños más incontrolables. En el gobierno se encuentra el Partido de los Trabajadores, el cual ha intentado una revolución social pacífica y democrática con Lula da Silva desde 2002, este año ganó el mismo partido las elecciones con Dilma Roussef, la primera mujer presidente de Brasil, quien en su juventud estuvo en una guerrilla de izquierdas durante los años 1970'.

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