lunes, mayo 28, 2012

NOTICIA 1090ª DESDE EL BAR: AQUELLAS PALABRAS DE 1928

Mauricio Basterra está terminando su tesis doctoral, y como en otras ocasiones, y con mucho gusto por mi parte, me pidió que le realizara una pequeña investigación de Historia para él, dado que su trabajo le quitaba tiempo para poder realizar una pequeña tarea. Asíque por dos días regresé en esta ocasión al Archivo Obrero, en concreto a la Fundación Pablo Iglesias, para mirar y rastrear determinadas cuestiones en referencia a unos datos que me dio. Eso me llevó a consultar las actas y memorias de los congresos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de la Unión General de Trabajadores (UGT) en los años 1927 y 1928 (aunque uno de ellos se imprimió en 1929). Ya le entregué los resultados de mi investigación ayer, pero lo cierto es que me recreé un poquito en leer algo por curiosidad de aquellas actas. 

Hay que ponerse en situación. En esos momentos España seguía siendo una monarquía, la de Alfonso XIII, pero desde 1923 existía una dictadura militar, la de Miguel Primo de Rivera. Esta dictadura creó en 1927 una Unión Patriótica, que era la única formación política legal. Miguel Primo de Rivera creó una dictadura militar que aspiraba a no ser de ninguna tendencia política, aunque en la realidad se fijaban en el Partido Fascista de Italia. Hay que aclarar que Miguel Primo de Rivera no llegaba a ser del todo una personalidad política fascista, eso lo alcanzaría su hijo, José Antonio, que años más tarde fundaría el partido Falange. La cuestión es que Miguel Primo de Rivera había prohibido todos los partidos políticos, perseguido a las personas de izquierdas, mandado al exilio a mucha gente con estas ideas y demócratas en general (aunque fueran conservadores algunos), había encarcelado a numerosas personas contrarias a sus ideas, ejecutado a otras tantas, suspendido libertades varias, como la de expresión, etcétera. Entre todas estas cosas también ilegalizó a todos los sindicatos salvo uno, el socialdemócrata UGT (bueno, los Sindicatos Libres también, luego hablo de ellos). Consideraba el dictador que ese sindicato podría serle muy útil para tratar las cuestiones laborales atajando la mayoría de personas que se sentían afines al anarcosindicalismo o al comunismo en esas fechas. Por su parte la UGT aprovechó la ocasión que le hizo crecer mucho en militantes, ya que muchos trabajadores veían que no tenían otra forma de representación, al estar ilegalizadas todas las demás opciones. De hecho, cuando la dictadura acabó en enero de 1930 y se volvió a la legalización de partidos y sindicatos, muchas secciones de la UGT formadas nuevas o altamente engrosadas en militantes en el periodo de 1923 a 1930, desaparecieron porque sus militantes se fueron o en bloque o en su mayoría a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), anarcosindicalista. 

La UGT creía en su estrategia que colaborar de este modo con la dictadura era un mal menor para alcanzar la defensa de los trabajadores desde postulados reformistas y legales. Sin embargo eso no impedía que muchos de sus actos fueran suspendidos por las autoridades, que varios de sus militantes fueran perseguidos y encarcelados, cuando no alguno ejecutado, que muchas veces la UGT estuviera más que logrando objetivos socialistas, suavizando medidas contrarias a los obreros, salvando las distancias parecido a cuando hoy día una empresa habla de despedir a dos mil obreros y UGT se sienta a negociar no que no despidan a ninguno, sino que despidan sólo a mil. No obstante el PSOE estaba ilegalizado. Hay que mencionar para entender esto que ser del PSOE obliga incluso hoy día a estar afiliado en la UGT, pero estar en la UGT no obliga a estar afiliado en el PSOE, dándose el caso de que en algunos momentos de su Historia PSOE y UGT han tenido fuertes discrepancias entre ellos, y que normalmente los socialdemócratas que se sienten más cercanos a la UGT que al PSOE suelen tener ideas más fuertemente de izquierdas o socialistas. Esto explica que algunos militantes de la UGT tuvieran problemas legales durante la dictadura de Primo de Rivera, posiblemente por su cercanía al PSOE por un lado, o por su izquierdismo por otro. El resto de tendencias políticas y sindicales de la época creyó que los socialdemócratas eran colaboracionistas con la dictadura, y por tanto contrarios a los intereses de los trabajadores, por lo que se producían sabotajes de sus mítines, peleas, desencuentros, etcétera, con cierta frecuencia, a pesar de que tanto la CNT como los comunistas, sus cúpulas, le ofrecieran al PSOE ilegalizado unirse frente a la dictadura y que se desentendieran de su colaboración mediante la UGT. Miguel Primo de Rivera represalió a los obreros con mano muy dura y la UGT y el PSOE se distanciaron entre sí, hasta el punto que hubo divisiones como la de Indalecio Prieto, que directamente abandonó el proyecto de Primo de Rivera y toda colaboración con él. Había muy serias y duras discusiones entre los socialdemócratas. Al final, muy al final de la dictadura, cuando esta perdía toda clase de apoyos, en 1929, no recuerdo bien, la UGT también fue ilegalizada, ya que retiraron entonces todo apoyo a un régimen que  con la crisis económica de finales de ese año terminaría del todo en enero de 1930, como dije.

Pues investigando para Mauricio, encontré en las Actas del XVI Congreso Ordinario de la UGT, celebrado entre los días 10 y siguientes de septiembre de 1928, una serie de pasajes que me resultan interesantes, por cuanto cómo se distancian de la realidad de la UGT del año 2012 presente, pero también por lo similar de su posición y actitudes desde el comienzo de la crisis en 2008, apoyando determinadas medidas legislativas y económicas aunque fuese con calladas por respuestas, a pesar de las dos Huelgas Generales vividas en 2010 y en 2012. Las actas son consultables en Fundación Pablo Iglesias con la signatura FPI, UGT-Actas C485.

Os dejo con tres fragmentos de lo que se habló en aquel congreso que me recuerdan a determinadas cuestiones actuales. Tratan en torno a un Impuesto de Utilidades que creó Miguel Primo de Rivera a pagar por los trabajadores, en principio por salario percibido, lo que implica que afectara o no afectara a todos los trabajadores. La UGT, la Comisión Ejecutiva que trató el asunto con el gobierno, decidió que lo pagaran prácticamente casi todos los trabajadores con el mínimo salarial que acordó, y daba razones tanto de solidaridad con los trabajadores de sueldos más altos, quizá hubiera sido mejor haber intentado eliminar o mitigar los impuestos de estos en lugar de hacer que paguen también los de sueldos más bajos, como daba también razones de que el gobierno es el que hay y por tanto la UGT se dedicaba no a tratar de impedir determinadas decisiones legislativas sino de suavizarlas. Os dejo para que leáis y reflexionéis vosotros. Un pequeño ejercicio de Historia.

SEBASTIÁN DUEÑAS BLASCO: "(...) En primer lugar, nosotros no aceptamos que la clase trabajadora debe tributar. La clase trabajadora paga ya su máximo tributo con su explotación. Esto es lo que alientan nuestras aspiraciones. Nosotros pagamos nuestro máximo tributo con nuestra explotación; de él se nutren todos los demás que alimentan al régimen burgués.

'¿Se puede saber qué motivos tuvo la Comisión Ejecutiva para olvidar este principio que debemos mantener a todo trance contra viento y marea? Pero vamos a admitir que la Comisión Ejecutiva, estimando que debe tributar más la clase trabajadora, no se opusiera abiertamente a ello. ¿Qué motivos tuvo para fijar el límite de que la clase trabajadora debía tributar a partir de las 6.000 pesetas en adelante?

'Nosotros rechazamos que se deba tributar por nada; pero si debiesen tributar los trabajadores, no admitimos que ese sea el salario mínimo, porque con 6.000 pesetas aquí no se puede vivir, no se puede atender a las más imperiosas necesidades, no ya a la educación de nuestros hijos, ni siquiera a las necesidades más elementales, a las materiales. Claro está que se nos dirá que hay quien se sostiene con menos salario; pero esto no quiere decir que nosotros anhelemos situarnos en este plan. La clase trabajadora tiene una aspiración inmediata, que es su mejoramiento moral y material. (...)"

(En página 20).

Dueñas hizo una intervención muy extensa, y sobre muchos temas. Es posible que su intención real fuera criticar ese apoyo a la dictadura y que no se sintiera cómodo con la UGT legalizada  mientras se producían una serie de represiones contra los trabajadores esos días. Posiblemente Dueñas en este congreso hubiera querido un sindicato menos reformista y más combativo. Por otro lado Primo de Rivera tampoco había ilegalizado a los Sindicatos Libres, que eran sindicatos fundados y dirigidos por la patronal empresarial y por ciertas autoridades. La UGT no quería dejar en el panorama legal en ese desamparo a los trabajadores. Era pues, para ellos, una dura contradicción en su propio ser. Le contestó el mísmisimo Largo Caballero, que en esos momentos era presidente de la UGT desde 1918, y años más tarde iba a ser presidente del PSOE, diputado, ministro y presidente del Consejo de Ministros durante la II República. Pero es que, en esas fechas, un año antes de este congreso de la UGT de septiembre de 1928, había sido diputado de la Asamblea Nacional Consultiva entre octubre y noviembre de 1927, por lo que había estado altamente implicado en esa colaboración que se produjo entre la UGT y la dictadura de Miguel Primo de Rivera. Una colaboración, repito, siempre molesta para la UGT e indeseable para muchos de sus afiliados. Contestaba él:


FRANCISCO LARGO CABALLERO: "(...) Se decía en el decreto que debían pagar los salarios de 2.000, 2.500 y 3.000 pesetas, y nosotros lo que pedimos, no es que pagasen los salarios de 6.000 pesetas, si no que como líquido imponible se considerase todo lo que se ganase más de 6.000 pesetas; es decir, que el que ganaba 6.000 pesetas no tenía que pagar impuesto ninguno, y el que ganaba 7.000 pesetas pagaría impuesto por 1.000 pesetas, y así sucesivamente, lo cual no es igual que lo que ha dicho el compañero. (...) Si el compañero Dueñas cree que no debemos pagar, todavía podemos creer nosotros que, encima de no pagar, nos tienen que dar dinero. 

'Pero no se trata de eso; se trata de que hay una dictadura que tiene su apoyo y que dice que van a pagar los salarios de 2.500 y 3.000 pesetas, y que nosotros decimos que eso no es justo, que esos salarios no deben pagar y que sólamente deben pagar los salarios de más de 6.000 pesetas. Puede ser equivocado, no lo niego, porque no vamos nosotros a afirmar que somos infalibles; pero nos parecía que esa debía ser la actitud seria de la Unión General de Trabajadores. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que aquí no se trata simplemente de albañiles, cerrajeros, etcétera, sino de muchísimos obreros que ya estaban pagando el Impuesto de Utilidades, como ferroviarios, empleados, en muchísimos sitios, y hay que tener en cuenta que si es verdad que nosotros debemos tener interés en que ni los carpinteros, ni los cerrajeros, ni los albañiles, ni otros muchos paguen ese Impuesto de Utilidades, no es menos cierto que hay que tener en cuenta que también esos otros obreros a que antes aludía no debieran pagarlo, y no debemos ponernos frente a ellos ni echar sobre ellos solamente la carga del impuesto. En Francia, con ser República, y en otros muchos sitios, se paga también. (...)"

(En página 25).

También su intervención fue muy extensa, más que la del propio Dueñas. Y en general, aunque abarcó el asunto que estoy mostrando, Largo Caballero hizo hincapié en que la situación política era excepcional, era una dictadura, y por tanto la UGT actuaba desde la legalidad intentando suavizar los males más que evitarlos, pues consideraban que era lo mejor que se podía hacer, estuviera o no acertado. Quizá por ello intervino Torrijos a continuación, de manera breve:

TORRIJOS (no sé si se trata de Luís Torrijos, que es muy probable que sí, o de Guillermo Torrijos Goyarzu): "(...) Una actuación sumaria para manifestar ante el Congreso nuestra disconformidad con la gestión del Comité y de la Unión General de Trabajadores. (...) 

'Y yo pregunto: ¿es que las condiciones políticas de España, la forma de gobierno, el desarrollo mismo de nuestras organizaciones, hacen que nosotros cambiemos de conducta, y que lo que siempre hemos considerado censurable, y que hemos aplaudido a los que han rechazado esos cargos, vayamos ahora, cuando el estado político es, a mi juicio, cien mil veces peor que los anteriores regímenes? ¿Es posible que nosotros, sin dejación, sin olvido de lo que es nuestro deber, sin olvido de lo que las circunstancias nos obligan a hacer, vayamos a ese organismo, a pesar de todas las consultas que en él se han dirigido al compañero Caballero? (...)"

(En páginas 26 y 27).

También Largo Caballero contestó a esto, pero no voy a continuar. Basten estos párrafos. Largo Caballero obviamente tuvo una carrera extensa y nunca se mermó, sino que siempre fue a más, nunca a menos. Por ello es de imaginar la evolución del Congreso, sobre todo teniendo en cuenta todo lo anterior explicado. En las ponencias aprobadas, que se encuentran a partir de la página 177 de esas Actas, se puede leer como la UGT rechazó formar un Frente Único con el resto de fuerzas de izquierdas (republicanos, comunistas y anarquistas) para enfrentarse a las medidas de la dictadura y a la dictadura en sí misma, como también se puede leer que UGT reafirma que seguirán con su táctica de permanecer en la legalidad colaborando en los Consejos a los que son invitados por el gobierno, como tratan de aclarar que ellos no ponen trabas a la unidad con otros movimientos de izquierdas siempre que sea una unidad para alcanzar una "colectividad debidamente articulada", según lo escribieron ellos (obviamente se trata de autoexculparse de las acusaciones que recibian del resto de tendencias de izquierdas y de parte de la sociedad), como se manda a las secciones de la UGT a que debían cumplir en todo con lo que se había aprobado en ese Congreso, sin excepciones, o como la UGT acepta tener un puesto en el Consejo de Estado de Miguel Primo de Rivera, con la oposición constatada en esas actas de Cheste.

A mí me resulta interesante este debate. Además, salvando las distancias y las connotaciones y contextos históricos bien diferentes entre 1928 y 2012, creo que hay algunos planteamientos en estas líneas que pudieran servir para la reflexión actual de la militancia de UGT o para la reflexión de las personas que sientan una cercanía a cualquier sindicato y tenga ganas de hacer cosas desde ellos. Porque aquel Impuesto de Utilidades, o ese planteamiento de si se debe o no se debe seguir determinadas políticas y leyes por circunstancias, o por contra serle contrarios por coherencia en la trayectoria de su hacer, nos plantean cuestiones de hoy día, como ese sueldo de 6.000 pesetas anuales que Dueñas decía insuficiente para vivir, y por tanto no se le debía grabar con más impuestos. O esa frase en la que afirmaba que aunque había gente que vivía con menos no era el objetivo de un sindicato, de los trabajadores, igualarse todos en el mal, en el tener sueldos con los que no se vive, sino que se debe luchar por mejorar moral y materialmente.

Pues con esto os dejo por hoy. Saludos y que la cerveza os acompañe.

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