martes, febrero 05, 2013

NOTICIA 1183ª DESDE EL BAR: EL SEXTO JUEZ DE JULIÁN VADILLO



"Muchas gracias a todos y todas los que ayer me acompañaron en la lectura de la tesis. Gracias a los que me dieron mensajes de ánimo. Gracias a mi director, Julio Aróstegui. A pesar de algunas peculiaridades que no merece la pena mencionar, el objetivo se cumplió."


(Julián Vadillo Muñoz, Doctor en Historia. Declaración pública el día 1 de febrero de 2013).





Julián Vadillo Muñoz es un muy antiguo mío con el comparto muchas cuestiones personales y he vivido muchas cosas. Con él realizo actualmente un programa de radio, con él he participado de algunas de sus investigaciones de Historia, con él compartimos alguna que otra mesa de bar. Le conozco desde adolescente, desde que ambos iniciamos el bachillerato en Alcalá de Henares, y hemos compartido promoción universitaria. Cuando nos conocimos él tenía 15 años de edad y doy fe de que fue entonces cuando comenzó a investigar y estudiar sobre su tesis doctoral... ¡Y apenas habíamos salido de la Enseñanza General Básica! 

La verdad es que Julián Vadillo es todo un Historiador. No sólo trabajó en su tesis doctoral desde los 15 años, lo que es lo mismo que decir cerca de 20 años, además ha publicado numerosos artículos en varias revistas especializadas de Historia como Germinal o Anales Complutenses, o bien en periódicos generalistas, como Diario de Alcalá o Diagonal o CNT, o los canales de televisión La Tuerka y Telemadrid, tiene tras de sí muchas conferencias y ponencias con sus respectivas publicaciones en actas, participa de varios medios de comunicación radiofónicos (Radio Arrebato y Onda Cero), estuvo trabajando en el archivo de la Fundación Anselmo Lorenzo con ciertas responsabilidades a tener en cuenta, y ha publicado numerosas investigaciones históricas en modo de libro, como la biografía de Mauro Bajatierra, La exploxión del polvorín de Alcalá de Henares (1947), y también en obras de varios autores: Mujeres Libres, 100º aniversario de la CNT en imágenes, o 80 aniversario del periódico CNT, el hilo rojinegro dela prensa confederal (1932-2012) (este último lo estoy leyendo ahora mismo). Todo esto por decir poco de sus actividades, pues realmente tiene muchísimas más cosas, implicaciones y actividades. No tengo duda de que consolida su camino para ser uno de los grandes y reputados historiadores de España. De hecho hay historiadores afamados hoy día que consultan su obra para poder hacer mejores análisis de la sociedad, sobre todo del mundo obrero, de los siglos XIX y XX. 

El pasado 31 de enero, hace menos de una semana, Julián ha defendido su tesis doctoral en la Universidad Complutense de Madrid, en el Aula de Grados de la Facultad de Geografía e Historia. A todos sus amigos nos ha emocionado mucho esto, hasta el punto de que probablemente haya sido una de las tesis más concurridos y con más gente espectante que los catedráticos presentes hayan podido ver en sus carreras profesionales. El acto duró algo más de tres horas. Fue, esencialmente, duro.

Julián ha sido uno de los dos últimos doctores en Historia que ha ayudado a formarse el famoso catedrático e historiador Julio Aróstegui. Como todos los grandes periódicos de tiradas estatal han publicado la semana pasada en sus esquelas y obituarios, Julio Aróstegui murió inesperadamente de forma natural el pasado lunes, hace una semana. Fue uno de los nombres importantes de la historiografía del siglo XX de España, como he dicho, y tutor de mi amigo y colega, como he dicho también. Julián se ha transformado así un poco en heredero intelectual de él, en parte. Aróstegui no era mediático pero entre historiadores sabemos que era uno de los nombres más importantes para recuperar la memoria que perdió España por culpa de quienes quisieron traernos la amnesia permanente. Que la tierra le sea leve.

Los historiadores hemos de servir principalmente para lograr transmitir el conocimiento que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida ya sea como profesores, maestros, archiveros, bibliotecarios, o en libros, revistas, televisiones, radios, museos, exposiciones, etcétera, y en cada momento de nuestra vida, en nuestras conversaciones, intentando acabar con los tópicos y con la falta de información siempre que quien nos escuche desee escucharnos y no ignorarnos, callarnos, gritarnos o insultarnos, como hace poco me pasó a mí. La gran mayoría no somos nombres conocidos, no ganamos dinero con nuestra actividad, a menudo lo perdemos, laboralmente maltratados y habitualmente puestos en cuestión por innumerables personas que por leer un libro, conocer algo de manera tópica y general o básica, o ver unas películas se creen en posesión de más datos que una persona que ha dedicado toda su vida a recoger todo tipo de datos desde todo tipo de fuentes. Por otra parte, nosotros no nos creemos poseedores de la única verdad, y no pretendemos poseerla en exclusiva, todo lo contrario. La muerte de alguien como Aróstegui me hace pensar que él es uno de los que ha logrado transmitir más su pensamiento, y quien ha logrado más hacer que otros desarrollen sus conocimientos y pensamientos y retomen su antorcha para seguir con esta labor tan ingrata, que a menudo no nos da más que quebraderos de cabeza económicos, personales, y de otro tipos. Julián Vadillo este jueves pasado fue un digno homenaje a este hombre en su tésis, al transformarse en uno de los dos últimos doctores en Historia al que este hombre ayudó a formarse, pues como buen historiador no formó, sino que ayudaba a que la persona se fuera formando. Y sé que en este párrafo he reiterado alguna idea, lo he visto conveniente. El propio Julián recuperó su memoria en su blog Fraternidad Universal, en el artículo "Julio Aróstegui: maestro de dos generaciones de historiadores".

Los miembros del tribunal fueron especialmente duros con Julián. Es su deber ser inquisitivos y tenaces y buscar las partes más flojas de su tesis, pero en esta ocasión, al morir el tutor apenas tres días antes, el doctorando no tenía defensor que suavizara a dichos miembros. Para mayores males los cinco miembros del tribunal tenían obras que habían sido usadas y citadas en la tesis de Julián, "El movimiento obrero en Alcalá de Henares (1868 - 1939)", que esperemos sea publicado en breve. La tesis original de Julián era de tamaños enciclopédicos, fue el propio Aróstegui, y soy consciente de ello porque en su momento me lo comentó el propio Julián, quien le recomendó que la adelgazara para el tribunal. Le señaló que quitara la parte de la demografía, pues esta ya había sido tratada ampliamente, con exceso, en uno de esos libros escritos por dos de los miembros del tribunal, y que trata de "la Alcalá oculta", la social, de los siglos XVIII al XIX, sin embargo ese mismo libro se usó tanto en la tesis de la que hablamos como en el trabajo previo de la suficiencia investigadora (DEA), donde fue bastante usado. No parecía conocer este dato uno de los miembros del tribunal, el cual en su intervención prolongó su discurso remarcando el hecho de que no había citado su libro (en realidad como he dicho sí lo había citado y usado), hasta cuatro innecesarias veces nos hizo perder el tiempo a los presentes oyendo sus quejas acerca de esa creencia suya de que se le había ignorado o contradicho... También es cierto que Julián alegó en su defensa no sólo que sí hab´ñia usado el libro, sino también que si no le dio toda la importancia que le pedía ese miembro del tribunal era porque prefirió usar esos datos yendo directamente a la fuente, por lo que consultó los documentos de archivo para sacar sus propias conclusiones. Sin embargo, el catedrático parecía el escritor Francisco Umbral cuando pedía que se hablara de su libro, porque el resto le daba igual. Por cuatro veces repitió los mismos argumentos de la necesidad de su libro, que, por otra parte, sólo investiga hasta 1868, por tanto trata de historiografía anterior a la época seleccionada por Julián, no de la época de la tesis de Julián. Aparte, y como archivero que en cierta época trabajé con el corregimiento de Alcalá de Henares en el siglo XVIII, cuya documentación está en el Archivo General de la Administración y está por publicarse aún, buena parte de las cosas que ese hombre decía eran cosas que va a tener que enmendar y corregir... Ya ve, nunca en Historia se puede tener la última palabra. Pero por deontología profesional no puedo decir por aquí porqué digo esto, ni a qué datos me refiero, pero no hablo en vano, eso sí que lo digo. La Historiad de Alcalá de Henares, si esos documentos llegan a buenos historiadores cuando se publiquen, cambiará.

Era bien curioso descubrir también como uno de los ponentes parecía que sólo se había leído el primer capítulo de la tesis, como muchos de los presentes notaron. Como otro se refirió a Julián con comentarios de carácter y valoración personal, no profesional ("porque ustedes los anarquistas no creen en las leyes, sí, ya sé que a lo mejor les molesta"). No venía a cuento, ni demostraba profesionalidad. Claro, que también afirmó que los anarquistas no querían ni en pintura la política... Mentira. Este es un debate que se ha vivido incluso recientemente con el Movimiento 15 de Mayo. No se rechaza la política, sino la política profesionalizada e institucionalizada, que es diferente. ¿Acaso este hombre estaba valorando más unas ideas que un trabajo doctoral de Historia? La tesis de Julián hablaba también del catolicismo social, de los socialdemócratas, los comunistas, los carlistas... Podría haber hablado de esto aquel miembro del tribunal. También esta persona se refirió a Alcalá de Henares como pueblo, y tuvo que corregir sus palabras y llamarla ciudad, al ver las caras de disgusto de la gente presente, yo incluido... pero más tarde se llegó a decir la palabra "pueblerinos"... Pero esta gente no sólo quería ignorar la realidad de ciudad de Alcalá de Henares, sino también su realidad. Querían minimizar la importancia de las cerámicas de Alcalá de Henares. Dijeron que Julián sostuvo que Alcalá en 1930 era industrial y no funcionarial principalmente, pero no era así, no le leyeron bien. De hecho ellos sí andan despistados, pues aunque bien es cierto que Alcalá no era industrial, si vivieran una temporada por aquí y hablaran más con los ancianos y atendieran así mejor a los datos de los archivos, verían que la economía de la ciudad tuvo un importante peso artesanal en torno a la cerámicas. Pero en general todos preguntaban por su libro... y la cosa es que todos habían sido mencionados y utilizados, lo que pasa es que Julián no comparte sus visiones en sus conclusiones. De hecho acusaron a Julián de decir conclusiones históricas que realmente nunca en su vida ha sostenido ni dicho, son ellos los que demuestran no haber leído a Julián, no Julián a ellos. Yo me he leído casi toda la obra de mi amigo, y lo que me queda lo tengo en la estantería pendiente de lectura. Puedo afirmar rotundamente que le acusaron de conclusiones que realmente Julián nunca ha dicho ni sostenido.

Aparte, cuando Julián comenzó a investigar el Alcalá de Henares obrero, hace casi veinte años, no había prácticamente nada escrito. Es un pionero, y por ello es una referencua obligada. Ahora hay algunos libros y artículos, pero apenas nada. Julián empezó de la nada y si su obra sale ahora se debe a que la edad le forzó a seguir a su debido tiempo los pasos del curso del bachillerato, selectividad y universidad. Otros publicaron entre tanto alguna cosa... pero nunca nada tan completo como su obra. Una universidad española rara vez va a volver a ver  un doctorando que trabaje desde los quince años de edad y durante casi veinte años una tesis doctoral, y además con pasión, amor y extrema dedicación a tiempo completo. La decisión del tribunal fue no darle el Cum Laude, sino un Sobresaliente, más, como dijo el propio doctor Vadillo en un brindis que tuvimos con él todos sus amigos y parte de su familia: es doctor en Historia al fin. Quizá la Universidad Complutense algún día se arrepienta de en qué modo le dieron el título, dada la altura del personaje. España es muy dada a errar de estas maneras en sus decisiones. Demasiados "yo" en épocas en las que se necesita alturas de mira, reconocimiento y apoyo del esfuerzo del otro y visiones de conjunto. Así nos va, así nos cunde el pelo, así se está yendo lo mejor de la juventud española a otros países... Yo a veces me lo planteo... Aquí no parece haber futuro, pero quiero quedarme, hasta el último momento, creo que es necesario, hay que estar aquí, pese a todo... Aunque comprendo plenamente y me solidarizo con el que opta por irse, pues no se va: económicamente y vitalmente le manda al exilio nuestro propio gobierno y toda la casta empresarial española. 

Destacaría además que tres de los cinco miembros del tribunal dijo reconocer que la bilbiografía usada por Julián era tan grande que muchos de esos libros ni los habían leído, por desconocimiento. No sabían de su existencia. Y en cuanto a los documentos, igual. En concreto un experto en movimiento obrero en España descubrió con sorpresa gracias a Julián que Lafargue se presentó en la I Internacional Socialista con Alcalá de Henares, tal documentación se guarda en Barcelona. Razón de más para que le miraran de igual a igual como Cum Laude.


El 4 de febrero de 1937 un perro llamado Franco decidió irse de las trincheras franquistas y pasarse a las trincheras republicanas en el frente de Madrid. Al tiempo, un grupo de soldados franquistas lo divisó y decidió tirotearlo hasta matarlo (¿por deserción?). Los soldados y milicianos republicanos decidieron dar por respuesta un contraataque militar que les hizo asaltar y tomar la trinchera franquista desde donde se mató al perro llamado Franco pasado al lado republicano (¿solidaridad con el caído?). El hecho es real, lo contó el periodista Mauro Bajatierra aquel día, y nos lo redescubre el ahora doctor Julián Vadillo en el libro dedicado al 80º aniversario del periódico CNT. Julián Vadillo ha sido investido Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, en presencia mía. Escribo todo este artículo de la bitácora en homenaje y reconocimiento a él, que es ajeno a este escrito y no sabe aún de su escritura. Mías son mis palabras, valoraciones y opiniones. Soy consciente de que el tribunal hizo el trabajo que creyó debía hacer, pero me pareció sumamente injusta y miope la decisión de no darle lo que por derecho le pertenecía: el Cum Laude. Lo cierto es que lo que no saben es que un título es sólo unas palabras, y los hechos hablan más, Julián Vadillo es de modo natural un Cum Laude, pese a que no tenga ese nombramiento.

Felicidades, te espera por delante un gran futuro en busca de la Historia olvidada y más maltratada y amenazada.

1 comentario:

Canichu, el espía del bar dijo...

Traslado literal el comentario por otra vía de Julián Vadillo a este artículo:

"Muchas gracias amigo. Demasiada estima me tienes. Con la perspectiva de los días el Cum Laude en realidad es completamente accesorio. Solo hay una cosa. Yo creo que el profesor Pérez Sánchez hizo una buena crítica a mi tesis (dura pero muy provechosa). Me alegro mucho teneros cerca ese día. Y me reitero. Lo importante es que ya soy doctor y el proceso de investigación ha finalizado con exito y con nota."