lunes, agosto 12, 2013

NOTICIA 1233ª DESDE EL BAR: ANTONIO VIVALDI, EL COMPOSITOR DE LOS INSTRUMENTOS IMPOSIBLES

Estas muchachas cantaban y tocaban música para los Duques del Norte. Eran las muchachas de Antonio Vivaldi (1678-1741). Ese concierto concreto lo retrató Gabriele Bella. La imagen que os muestro sólo es un detalle del cuadro. Vivaldi era un compositor de éxito en el siglo XVIII, pero también era un empresario que logró vender numerosos cuadernillos de partituras. La verdad es que su principal negocio era dar clases de música en una academia musical para señoritas, estas eran las que serían llamadas Las Muchachas de Vivaldi. Allí había tanto niñas abandonadas a las que las monjas se las llevaban al compositor, como hijas de nobles e hijas de gente con negocios que les permitían tener mucho dinero. Todos querían que Vivaldi las educara. Era el mejor profesor de música del momento, igual que compositor.



Así se ganaba la vida este músico entre concierto y concierto. Pero a Vivaldi lo que más le gustaba realmente era componer temas musicales propios, así pues utilizaba a sus alumnas para poner en práctica fragmentos de lo que iba componiendo hasta que terminaba componiendo la obra completa. Eso le otorgaba como profesor un interés personal por la excelencia de sus alumnas fuera de lo habitual en otros profesores de música. Era duro con ellas en cuanto a lo musical, en cuanto a lo personal puede que no, ya que toda joven que quería tener cierto refinamiento quería tenerle como maestro. Hubo alumnas que rechazó por su falta de aptitudes melómanas, pero en general se veía obligado a aceptar a casi todas por diversos motivos, el principal la necesidad de dinero y el secundario, derivado del principal: muchas de aquellas muchachas eran hijas, familiares o protegidas de sus clientes habituales, muchos de ellos muy generosos a la hora de darle sus donativos por los conciertos que le pedían (ya se ha dicho por esta bitácora que el sueldo estable del músico no se logró hasta que Chopin lo reclamó en el siglo XIX). Todos estos asuntos y necesidades le llevaron a Vivaldi a un aspecto de su obra que en principio parecía anecdótico, pero que en el fondo cambió radicalmente la Historia de la Música. Una de las condiciones que ponía Vivaldi a sus alumnas era que debían traer su propio instrumento musical. Tenía tantas alumnas que sus propios instrumentos personales no le eran suficientes, más bien le eran altamente escasos. Como sus alumnas eran de diferentes clases sociales y de diferentes niveles económicos, se encontró con lo que para cualquier otro compositor ceñido a las reglas convencionales de la música del siglo XVIII sería un problema: tenía a veces un exceso de violines, por ejemplo, o una falta de flautas en otro momento, a veces venían con instrumentos de música popular, pero no de la música de cámara, como pudieran ser por ejemplo acordeones, no era habitual las alumnas con percusiones, y cuando venían podían ser percusiones bastante poco refinadas, como zambombas. En principio Vivaldi aceptó a todas y se comprometía a enseñarles música con cualquier instrumento que trajesen consigo. Cosa que logró. Se vio forzado así a innovar en sus composiciones musicales introduciendo sonidos impensables y creando composiciones tan ricas de sonidos variados que rompió las normas que venían del siglo XVII de la mano, entre otros, de Bach (que también cambió las normas de su propia época). Fue uno de los pilares de la música clásica propiamente dicha. Claro que ese mismo siglo Mozart volvería a ayudar a cambiar esas normas, y después, ya entrando en el XIX, Beethoven. Vivaldi, por otro lado, parece que le gustaban los retos, dada toda su producción. Se podría decir que en muchas cosas fue el compositor de los instrumentos imposibles.

 Hoy pasé una agradable mañana escribiendo mientras escuchaba un disco con una grabación de Las Cuatro Estaciones. No hay dinero para gastar, pero aún nos queda vivir. Que la cerveza os acompañe.

No hay comentarios: