jueves, septiembre 19, 2013

NOTICIA 1246ª DESDE EL BAR: LUIS BUÑUEL O EL CINE LEAL EN IMÁGENES, 1900-1983. PARTE II


"Aunque haya quien lo ha dicho, Viridiana no es una película surrealista, porque la escrítura surrealista es una escritura automática, y Viridiana tiene un argumento lógico, un encadenado de los hechos... Julio Alejandro y yo le dimos una arquitectura dramática, y verosimilitud a los personajes. Lo que sí hay es un espíritu surrealista en el significado de la película, y también en su humor."

(Luis Buñuel Portolés, transcrito por Tomás Pérez Turrent y José de la Colina en el prólogo del fac-simil del guión de "Viridiana", editado por Alma-Plot, Madrid, 1995.)

Con un poquito de tardanza desde la publicación de la primera parte del reportaje sobre Luis Buñuel que les escribí, pero no demasiada, hoy EL TORNILLO DE KLAUS ha publicado la segunda y última parte del mismo. Toca pues reseñarlo, como reseñé en la Noticia 1242ª esa primera parte dando datos de dónde y porqué escribí el reportaje.

Luis Buñuel planeó más películas de las que rodó. Llegó a escribir un guión de una película sobre Goya, le ofrecieron hacer una película antifranquista que no prosperó, luego le ofrecieron rodar La casa de Bernarda Alba, que tampoco hizo, planeó llevar al cine la novela Bajo el Volcán, de Malcom Lowrey, pensó, según dijo en una entrevista, en una película realista sobre la vida de un indio contada a un antropólogo y publicada en prensa... Aunque siempre hay que tener cuidado con algunas de las cosas que declaró en los periódicos, pues el sentido del humor de Buñuel dejó un rastro de pistas falsas sobre sí mismo y sus intenciones. Hay que tener en cuenta que ese mismo sentido del humor le llevó a gastarle una broma a sus amigos más cercanos en una cena donde escribió la renuncia del cine y abominaciones sobre su obra en una servilleta, y tras recibir de ellos todo tipo de razones para que rompiera la servilleta, se rió para decirles que en realidad, aunque no lo pensase, sería gracioso ver como la prensa seria se toma en serio lo que se dice en una sobremesa con copas entre amigos. En otra ocasión le pidió silencio a un amigo suyo que fue a verle y le contó una anécdota que vivió en Europa, Buñuel, tras oirle una primera vez, le pidió que le contara tres veces  más cómo en un festival una familia gitana había ido a una de sus películas a todas las sesiones, y le pidió aquel silencio diciéndole: "ahora nunca más vamos a hablar de esto, de los misterios de la vida no se debe hablar". O bien tenemos a ese Buñuel jovén echando agua fría en pleno invierno madrileño por debajo de las puertas de los dormitorios de sus compañeros y amigos de la Residencia de Estudiantes a horas de madrugada, la madrugada antes de irse de viaje a París. O tenemos al Buñuel anciano que llegado a París en los años 1960-1970, celebró una tertulia en un bar donde cada uno se sentó en una mesa y hablaban a gritos, o en otra ocasión en la que fue a verles un intelectual amigo de los de la tertulia, pero que no se había exiliado y que además era de derechas, aunque no franquista, Buñuel acordó con varios de ellos hacer varios gestos falsos de masonería cada vez que este les viera verle. Era su humor, entre negro y remarcador de la falta de algo, como por ejemplo en una comida con el actor Fernando Rey, del que parece ser que era muy dado a recibir halagos. Buñuel, sin que lo supiera él, había pasado antes por un colegio y había pagado a un aula entera de adolescentes de ambos sexos para que se acercaran uno por uno y distanciados en el tiempo para pedirle autógrafos a él y para alabar sus películas, pero sin mirar siquiera a Fernando Rey. Fernando Rey parece ser que al principio le hizo gracia que no le reconocieran, pero luego se iba poniendo cada vez más molesto y celoso, hasta que se dio cuenta de que era una broma de su amigo. Buñuel remarcaba así una falta de modestia en su amigo, y ese era en cierto modo su humor entre negro y en búsqueda de sencillez y honestidad.

En esta segunda parte podréis leer sobre la vida y evolución de Buñuel tras su exilio trasladado a México en 1947. Buñuel no regresó a España tras la muerte de Franco, aunque la pisó varias veces en periodos muy breves por ver a familiares o para rodar dos películas que le costaron al régimen franquista un duro revés. Franco quiso usarlo como uno de los exiliados españoles con más prestigio internacional con el que reconciliarse, como parte de su intento de hacer gestos que le acercaran las simpatías de Europa Occidental y Norteamérica. No obstante, Buñuel había intercedido por la vida de Sáenz de Heredia en 1936, en Madrid. Y eso también a pesar de saber de la ejecución de su amigo Federico García Lorca en Granada, por parte de los rebeldes, y de la del artista y periodista Ramón Acín, un anarquista que le financió Las Hurdes, que pese a que se entregó voluntariamente en Huesca a los golpistas estos le fusilaron. Pero Buñuel era fiel a los ideales de la libertad, por lo que no se dejó usar, sino que usó él al régimen justo en una etapa de su vida donde más reconocimientos y premios recibía. Os dejo con las puertas a las dos partes del reportaje en EL TORNILLO DE KLAUS:

La primera parte la podéis leer si pulsáis por aquí.

Y la segunda parte (que es la que se publica hoy) la podéis leer si pulsáis por aquí.

En la publicación del reportaje en El Tornillo de Klaus han colaborado en la edición gráfica Alicia Victoria Palacios Thomas, y en la edición del texto Carlos Cristóbal. Y por aquí os dejo un documental que Televisión Española rodó y editó entre 1982 y 1983 sobre Luis Buñuel, con él vivo, y que se terminó en 1986, se llama "La memoria fértil - Luis Buñuel, constructor de infiernos":

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