sábado, mayo 03, 2014

NOTICIA 1334ª DESDE EL BAR: LO QUE SURJA DE BARES

Hace mucho tiempo que no escribo de bares, así que hoy me apetecía hacerlo. Los días se suceden buscando trabajo y escribiendo, que estos días sean de fiesta en mi vida no se nota demasiado, salvo el placer de recibir a algunas amistades que se han acercado a la ciudad ahora que tenían un hueco. Alguien me regaló dinero para una entrada de cine para ver El viento se levanta, de Miyazaki. No he hecho mucho más, cocinar experimentando un poco con lo que hay por la cocina.
 
El Naif es un bar que se encuentra en la calle Santa María la Rica, de Alcalá de Henares. No está mal la idea de ir a la Sala de Exposiciones del Antiguo Hospital de Santa María la Rica, en el otro extremo de la calle, y luego ir a tomar algo a este bar. Es uno de los clásicos de la ciudad, sólo que el mes pasado debieron reabrirlo en este lugar, que fue por siempre su ubicación original, ya que en los dos, tres o cuatro últimos años, no lo tengo claro en el recuerdo, lo trasladaron a La Garena. Ahora ha regresado tal como era en su local de siempre, con su agua de Valencia típica. En su día era el único bar de Alcalá de Henares que te la ponía. También es cafetería, y al menos en el pasado tenían todo tipo de prensa. Yo redescubrí su reinició de nuevo en este lugar paseando con la bicicleta de una amiga que me la prestó. Lo cierto es que no está mal este regreso. Aún no he entrado desde que han vuelto, pero algún día lo haré. Si antes me gustaba, aunque iba de vez en cuando espaciado en el tiempo, ahora supongo que también.


Al Casablanca II lo descubrí un anochecer que me dirigía a los locales de la asociación cultural El Adefesio. Este bar se encuentra en la calle Núñez de Balboa, número 7, también de Alcalá de Henares. Está entre la Plaza de San Isidro y la estación central de tren, más o menos. Este bar está inscrito en la liga de dardos, de hecho se autodefine como bar de dardos, y lo remarcan en sus posavasos, como podéis ver. El lugar es tranquilo, el dueño es amable, ponen una tapa con muy buena presentación... y curiosamente, al menos cuando yo fui, en la parte de atrás de sus posavasos tienen un juego de rascar donde, si tienes suerte, te puede tocar otra consumición gratuita de lo mismo que hayas tomado. Ese es un detalle que me hizo gracia. Desde luego lo de este local es el juego.


El Chaparral Pub es bastante accesible para mi bolsillo en mis circunstancias actuales, y además es agradable estar allí. Está en la avenida Reyes Católicos, nº 43, de Alcalá de Henares. Es un clásico del barrio. Prácticamente el bar se fundó con el barrio. Ocupa un bajo extenso de un edificio de pisos. Tiene salida a dos calles. Lo más típico de este lugar es que por una consumición te ponen tres tapas a la vez, una es pipas o galletas saladas, otra es patatas fritas o aceitunas, y la otra suele ser una elaborada tapa de algo hecho a la plancha. No eliges tapa, pero merece la pena. Es barato, servicio familiar, tiene hasta un espacio para comidas o para ver partidos de fútbol y es, además, un bar de barrio con un ambiente propio que me gusta.


De El Reloj yo ya hablé en el pasado, hace mucho, en el 2006, a modo de nota escueta en la Noticia 165ª. Se encuentra en la calle Cerrajeros, nº 6, dando hacia uno de llos laterales del ayuntamiento. Quizá desde entonces han habido algunos cambios, sí, pero no son vitales. La esencia es la misma. Rock, algún pincho, ahora con terraza de verano, decoraciones con referencias a películas, personalidad propia no sujeta a modas, y una clientela que realmente sabe lo que quiere musicalmente. Bueno, es una opción alternativa dentro del panorama de los bares de rock alcalaínos. Quizá su espacio interior no es muy grande, pero sí es un buen lugar.




De La Vaca Flaca he hablado mucho en esta bitácora. Pero hoy toca hablar de ella en su nueva etapa con la nueva gerencia, en la que Erika y Mario la llaman La Vaca. Como ya he dicho muchas veces, está en la calle Postigo, nº 3. Ahora abren también por las mañanas y por las tardes y sirven desayunos y meriendas. Además están recuperando poco a poco las actividades que en los útlimos años habían sufrido ceses o temporadas irregulares, como son las jam sessions de música, los concursos de identificación de canciones, el cine, y otras cuestiones nuevas como los speed dating, para aquellos que quieran probar suerte buscando pareja. Ahora tienen cañas de cerveza a 1 euro, ofertas para estudiantes de refrescos y bocadillos a 2'50 euros, otras de nachos y patatas por 3 euros, desayunos a 1'50 euros, cocina propia, Internet inalábrico por wi-fi gratuíto... Además tienen una web propia donde se puede seguir sus eventos e incluso un serial de humor donde se autopromocionan y que de momento cuenta con tres capítulos, en www.lavaca.es.


Lo que surja debe tener uno o dos años de antigüedad, pero yo lo pisé por primera vez hace unas dos semanas. Está en la calle Vaqueras, nº 6. El nombre de esta calle se debe a que en el pasado muchos vecinos alcalaínos llevaban por esa calle a sus vacas tanto al veterinario que vivía en la calle que hace esquina con la calle Postigo, cuya casa era esa impresionante casa actual con un patio precioso, o bien la llevaban a la vaquería para sacarles leche, que estaba en lo que hoy es el anteriormente citado bar La Vaca Flaca, más el establecimiento de kebabs que hay al lado, más el bar The Black Clover que ya os conté en el pasado, en 2011. Lo que surja es un bar joven, de gente joven, adolescentes es la media de edad. Sin embargo es muy agradable, nadie te incomoda con miradas por esar allí cuando eres muy evidentemente quien rompe la media de edad por mucho en más años. Y eso está muy bien. Se han especializado en chupitos de todo tipo, pero se puede consumir con total normalidad cualquier cosa. Su cerveza es barata, sobre todo la Estrella Galicia, y dependiendo a qué hora se vaya te dan una pequeña tapita a modo de pincho que, francamente, pese a la juventud del cocinero, está tremendamente bien hecha. ¿La música? Hay de todo, absolutamente de todo, y para sorpresa: abundan los temas músicales de los años 1990, a pesar de que muchos de sus clientes probablemente en esas fechas o no habían nacido o estaban naciendo o estaban aprendiendo los colores. A mí el lugar, sinceramente, me ha gustado, sobre todo para empezar una noche. Me resulta agradable.

Pues nada, saludos y que la cerveza os acompañe.

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