sábado, septiembre 27, 2014

NOTICIA 1393ª DESDE EL BAR: EL ALMA DE DESCARTES

Descartes en una de sus meditaciones llegó a pensar y a escribir que el alma es lo que le da vida a nuestro cuerpo. El alma no es algo que se ajuste físicamente a cada uno de nuestros órganos, ni se mutila si mutilamos el cuerpo. Reflexionó toda una mecánica de cómo el alma anima al cuerpo. Es muy bonita su reflexión de cómo el alma, a modo de geniecillos, avivan por el torrente sanguíneo el corazón para que este sienta amor. Sin embargo, en aquel siglo XVII él era uno de los pocos que no creían y que sostenían que los sentimientos y las pasiones no venían del corazón, sino del cerebro. Es el corazón para Descartes una parte más de la maquinaria del cuerpo que es movida por el alma. Y cuando el cuerpo muere, pensó Descartes, el alma no podría sobrevivir sin el cuerpo. Así pues, Descartes en aquel siglo de Contrarreforma religiosa y de una guerra de religión que duró treinta años entre diferentes episodios a cada cual más violento e intolerante, había llegado a plantear desde la filosofía el mecanicismo biológico de los cuerpos vivos y una hipotética única vida, la terrenal. Pero René Descartes, amigo de Galileo Galilei, había conocido la condena de la obra del astrónomo y los juicios que casi le llevaron a la hoguera. El pensador tenía un pánico grande al sufrimiento. Es por ello que decidió mencionar en todas sus meditaciones razonamientos que probaran la existencia necesaria de Dios, a pesar de que dentro de lo impecable de cada uno de sus razonamientos, aquellos, en pleno siglo XXI, bien lejos del siglo XVII, tienen unas bases más discutibles.

Una vez Descartes elaboró toda su teoría de las coordenadas cartesianas, tan útiles para el dibujo y para la programación informática actual, durante una convalecencia por enfermedad. No podía levantarse de la cama y sólo le distraía una ventana por la que se coló una mosca. Observó su vuelo y comenzó a pensar como podría saber por donde volaba la mosca. Así comenzó a idear aquellos cálculos matemáticos. Su muerte no fue menos curiosa, la reina Cristina de Suecia le llamó a su Corte para que le diera lecciones. Murió de una pulmonía. 

No hay nada en el mundo que no sea importante. Todo pequeño pensamiento es una gran reflexión. A veces quien escucha también debe escuchar lo que la sintaxis no introduce en sus palabras.

2 comentarios:

argonauta dijo...

Yo no quiero ni saber si había hombres antes que yo. -Descartes

Canichu, el espía del bar dijo...

"Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez."

(Descartes)