domingo, noviembre 16, 2014

NOTICIA 1410ª DESDE EL BAR: FIN DE ALCINE 44

(Vicente Ariño dirige la Orquesta Ciudad de Alcalá en la clausura de Alcine 44, fotografía de Juan Carlos López)

Pues hoy se cierra la 44ª edición de Alcine. Mucho he hablado ya de cómo se ha desarrollado, qué le ha envuelto, sus cortometrajes europeos y sus largometrajes de Pantalla Abierta. Podéis ver el palmarés tanto en la página de Alcine, como en los comentarios de la anterior entrada de esta bitácora. También podéis leer sobre los favoritos de El Tornillo de Klaus en su propia revista electrónica, donde además incluye una acertada crítica sobre los asuntos económicos y la apatía política que había tras las bambalinas. Y es que una empresa privada se ha hecho con parte del festival, provocando algunos ceses de contratos por no renovación y una serie de recortes que, por ejemplo, han provocado una de las galas de entrega de premios más aburridas y apáticas que haya visto yo en Alcine. No ha habido puesta en escena, y una actriz, Ana Rujas, nada convencida de su guión sobreactuó los chistes y equivocó muchas de las presentaciones que debía hacer, aunque los músicos fueron impecables. Por cierto que me sentaron entre Fran Perea y varios de los ganadores de la noche.

Por Alcine han pasado y han iniciado sus carreras cinematográficas gente como Isabel Coixet, Alex de la Iglesia, Santiago Segura, Fernando Colomo, Joaquín Jordá, Fernando León de Aranoa, Juan Carlos Fresnadillo, La Cuadrilla, Javier Fesser, Daniel Sánchez Arévalo, Miguel Bardem y otros muchos. Estos son directores, pero también innumerables actores y actrices conocidas, compositores de música, y técnicos de toda clase han empezado o se han visto recompensados en este festival que, por otra parte, ha visto muchas películas muy afamadas antes de que se afamaran. Es por ello que esperamos que los premiados, gente como Carlos Vermut por Magical Girl, Pablo Remón Magaña por el cortometraje Todo un futuro juntos, Oriol Martínez y Enric Ribes por Take me to the Moon, o Patricia Font por Café para llevar, sean pronto más de esas grandes promesas cumplidas del cine español. Es cierto que este festival, cuyo origen está en el cine aficionado allá en su primer planteamiento en 1969 materializado en 1970, es de los pocos que le dan voz y valor a los técnicos como montadores, guionistas, músicos, actuaciones de actores y actrices o los efectos especiales, y también de los pocos que dan la oportunidad de verse premiados por el público con carnet de jurado, y no sólo por los jurados especializados. La película largometraje premiada por el público fue Magical Girl, de la que ya hablé mucho el otro día en esta bitácora y de la que me parece que queda mucho por decir. En cuanto a los cortometrajes, el público premió al español Todo un futuro juntos, del citado Pablo Remón Magaña. Se trata de un cortometraje en blanco y negro basado en una conversación real entre el director de un banco y un subordinado que el realizador del corto escuchó en una cafetería de Madrid. Este cortometraje también se llevó el Premio "Alma" al mejor guión, el primer premio de cortometrajes españoles y el premio al mejor actor. Alcalá de Henares es una ciudad cuya tasa de desempleo es proporcionalmente más alta que la de la propia España en relación a sus habitantes, del mismo modo que aquí el paro crece por encima de la media nacional. Ha habido muchos desahucios y cada vez somos más combativos y críticos con nuestros políticos y empresarios locales. Es por ello que este cortometraje no podía haber tenido un ambiente social más acogedor. En cuanto a los cortometrajes europeos el jurado del público elegimos como ganadora a Mute, de Job, Joris & Marieke, el cual incluso os lo puse la anterior vez para que lo viérais. Me alegro mucho. A Matka, de Lukasz Ostalski, el jurado profesionalizado del certamen le dio el segundo premio y le cedió el primero a Pride, de Pavel G. Vesnakov. Ya hablé de ellos. Yo hubiera invertido el primero y el segundo premios, para mí Matka hubiera sido el primer premio.

Siempre he dicho algo que es evidente, Alcine es un festival donde los documentales son muy bien acogidos. El público alcalaíno es muy dado a alzar con premios a los documentalistas. De hecho, en los años 1970 los primeros y mejores premios estaban reservados especialmente a la modalidad de documental, siendo uno de los grandes ganadores de las primeras ediciones Baldomero Perdigón, un alcalaíno conocido. Este año se ha cumplido con ello, pues el segundo premio de cortometrajes españoles se lo llevó Oriol Martínez y Enric Ribes por Take me to the Moon, como he dicho, sin olvidar que el propio primer premio en parte era una ficción basada en una realidad. Take me to the Moon es un documental sobre la vida en torno a una fábrica de sujetadores china. No nos muestra abusos laborales, sino unas vidas normales y corrientes en una China comunista, budista y confuccionista que celebra con total normalidad la Navidad como si fuera Occidente. 

El tercer premio nacional ha sido Café para llevar, por Patricia Font. Para mí y algunas de las personas con las que fui a la gala de clausura, este era un primer premio claro, pero se quedó con el tercer premio. Es una historia de ficción sobre una expareja que se reencuentran muchos años después de su ruptura en un café y se hablan de su presente y de su pasado. Es una historia clásica, y es que Alcine 44 ha tirado este año por las historias construidas de una forma clásica, pero funciona muy bien, y su actriz, Alexandra Jiménez, en combinación con Daniel Grao, hace una gran interpretación que levanta todo el soporte del cortometraje gracias, también, a un buen texto de guión. Intuyo que Alexandra Jiménez, que conocemos más por series de televisión como Los Serrano (Álex Pina y Daniel Écija, 2003-2008), nos va a dar en el futuro películas muy memorables y a tener en cuenta. A mí me ha ilusionado mucho su interpretación en este cortometraje. Aunque el premio de interpretación femenina se lo llevó Olaya Martín, por Soy tan feliz (Juan Gautier, 2014).

Por lo demás, hoy domingo 16 se está proyectando el palmarés y esta mañana se ha producido el concierto sinfónico de la Orquesta Ciudad de Alcalá para la clausura de todos los años. Pude ir gracias a la invitación doble que me hicieron Anna Guillou, que trabajó para Alcine muchos años, y Pepe, dueño del Flamingo Rock Bar, y amigo personal. El estupendo Vicente Ariño esta vez repitió tres temas del repertorio de años anteriores, que fueron "Moon River" (Henri Mancini), "El Mago de Oz" (Harold Arlen) y "La marcha imperial" (John Williams). Fue precisamente la última, de la banda sonora de La guerra de las galaxias (George Lucas, 1977), la que fue objeto del bis final, a pesar de que en ella uno de los trompetas cometía fallos. Las tres quedaron mejor en los años anteriores que fueron tocadas respectivamente. Me decía un amigo de música rock que se había barajado la posibilidad de incluir otra vez una colaboración con instrumentos eléctricos y una batería, pero esto fue descartado por el propio Ariño, por lo que me pregunto si ese descarte de última hora fuese lo que provocó por falta de tiempo de preparación recurrir a temas que los músicos ya conocían, o al menos muchos de ellos, pues este año se estrenaron una gran cantidad de nuevos miembros de la orquesta. Sin embargo esta vez la experimentación vino de la mano de una colaboración con Tito García González y su cortometraje La marioneta de Merlín, que se proyectó en mudo mientras la orquesta le ponía música en vivo tal como si fueran los tiempos del cine mudo de comienzos del siglo XX. Quizá yo hubiera preferido que hicieran esto mismo pero con un cortometraje precisamente de las primeras décadas del siglo XX, quedó bien igualmente. La verdad es que en el concierto Ariño apenas gastó palabras esta vez, pero sí gastó junto a sus músicos del sentido del humor usando caretas de personajes de La guerra de las galaxias y también de las otras películas que interpretaron. Tienen ya catorce años de colaboración con Alcine y el año que viene la propia orquesta cumplirá veinte años. Además logró tocar en New York hace ya diez años, antes que la Orquesta Nacional, e incluso tiene reconocimientos y hermanamientos con los músicos de New York. Por ello cerraron el concierto con Misión imposible (Danny Elfman), como parte del reto y el afán de lograr éxitos. Pero... me anticipo... ¿cómo empezaron? Empezaron con una suite que recogía al completo la banda sonora de Harry Potter, también de John Williams. La verdad es que Ariño, al que admiro mucho, suele hacer muchos temas de Williams, que es un compositor muy vitalista y positivo, y eso se nota en los propios modos de Ariño. Por ello, quizá, el mejor tema del concierto de este año, rotundo y enorme, que nos invitaba a creer en los milagros y que al final ganaremos los que sufrimos, era otro tema de John Williams, E.T.. El tiempo que sonó esta banda sonora fue el más apoteósico momento de la clausura de este año. Me llenó de ilusión y de esperanza.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

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